El Orgullo Humillado de un Asesino

     Tenia quince años planeando este asesinato, mi crimen perfecto, una obra de arte, siempre me senti superior al resto y la coronacion de mis pensamientos seria este asesinato unico. La victima al azar, todos los cuidados planeados minuciosamente, mucho tiempo, si demasiado fui muy minucioso, de dia trabajaba como conductor de taxi y de noche planeaba mi asesinato sin dejar ni un rastro, todos los detalles biologicos y piscosociales  estaban cubiertos, estaba tan seguro de que mi plan era perfecto que para cerrar con broche de oro mi obra de arte, creé un muy complicado rompecabezas que enviaria a la policia que seria casi imposible de resolver pero que detallaria en caso de hacerlo las claves de mi asesinato.

    Llegó la fecha y todo salió según lo esperado, lo hice todo perfecto y me sentí como un ser superior el ego estaba apoderándose de mí, envié mi rompecabezas con 290 encriptaciones diferentes y celebré con un puro y una botella de vino, tuve la previsión de enviar anónimamente mi rompecabezas a la policía. Está acción era la confirmación de mi superioridad, esa noche dormí plácido a las 9:30 de la noche.

    Toc-Toc, suena la puerta muy temprano, es domingo y no espero a nadie, pero me levanto con tranquilidad a abrir la puerta, abro y hay un grupo de policías armados que me colocan las esposas y me dan la voz de arresto,  estoy totalmente confundido no sé qué pasó. Se me acusa del asesinato de Eduardo Perez, un indigente de 56 años, es cierto lo maté ayer pero planee todo a la perfección. Ya en la comisaría un par de días después de mi confesión me enteré que la policía recibió mi correo electrónico a las 7:00 AM y un hábil policía lo descifró en 20 minutos. Me siento decepcionado y triste mirando los barrotes de mi celda.